- La naviera Maersk detecta deficiencias desde antes del covid y Ucrania
- El grupo danés pide no limitarse solo a aumentar la capacidad de transporte
- Sus cálculos apuntan a una contracción del 2,5% del comercio este año
El comercio mundial ha evolucionado muy deprisa en las últimas décadas y las cadenas de suministro no han estado a la altura. Es la principal conclusión del conocido como ‘gigante de los mares’, la naviera danesa A.P. Moller-Maersk. El ‘coloso’ del transporte marítimo, que manipula alrededor de una sexta parte de todos los contenedores del mundo, llama a repensar procesos e insta a las otras navieras a una reestructuración radical para sobrevivir.
«La forma en que han funcionado las cadenas de suministro en las últimas décadas ya no es la adecuada», aseguró este lunes en Singapur Ditlev Blicher, presidente de Asia-Pacífico de la naviera, en unas declaraciones a la prensa recogidas por Bloomberg. «Creemos que este entorno de mayor volatilidad ha llegado para quedarse, y es probable que se acelere».
El comercio mundial se ha visto sacudido por grandes perturbaciones en los últimos años, ya que la pandemia y la guerra de Ucrania han provocado el caos en las rutas marítimas. Pero incluso antes de la pandemia, era obvio que las cadenas de suministro tenían que cambiar, según Blicher.
Las navieras han intentado en repetidas ocasiones racionalizar sus operaciones, pero no han sido capaces de superar los cuellos de botella derivados de los miles de actores que actúan por partes individuales a lo largo de la cadena de suministro. Cada vez es más urgente invertir en tecnología más inteligente y en redes logísticas que no se limiten a aumentar la capacidad de transporte, plantea Blicher.
Maersk, que cuenta con la segunda mayor flota de contenedores del mundo según Alphaliner, quiere convertirse en un proveedor logístico integrado que conecte tierra, mar y aire. La empresa emprendió el año pasado una estrategia para ampliar sus servicios de carga aérea.
Maersk y otro ‘coloso’ del sector, MSC (Mediterranean Shipping Co.) acordaron el mes pasado poner fin a su asociación, que permitía a ambas empresas compartir buques en algunas de las rutas más lucrativas del mundo. Blicher ha confesado que la alianza, que finalizará en 2025, no era la dirección que Maersk quería tomar.
Aunque MSC tiene la mayor flota del mundo, sigue aumentando activamente su capacidad de transporte para mantenerse en el primer puesto. Maersk, por su parte, está recortando gastos y quiere construir un sistema que le permita controlar mejor los flujos de carga.
Los contenedores suelen sufrir numerosos retrasos cuando se dirigen a su destino en caso de ‘cisne negro’ (contratiempo), afirma Blicher. Pero una estrategia mejor sería tener almacenes repartidos por distintos puertos, asegura. Eso permitiría a Maersk consolidar los envíos procedentes de diferentes partes de Asia en un centro conveniente, dando más flexibilidad para enviarlos a donde la demanda es mayor.
«Estamos construyendo una estructura que nos permita llevar un contenedor de China, otro de Vietnam y otro de Camboya a un puerto como Singapur y abrirlos», explica Blicher. «Luego los juntamos y el cliente puede enviarlos donde se necesiten en ese momento».
Salvando 2022
Esta serie de planteamientos no es incompatible con el hecho de que las navieras obtuvieron grandes beneficios durante la pandemia. Las tarifas de los contenedores al contado alcanzaron un récord mientras los astilleros se paralizaban, lo que provocó una escasez de buques para satisfacer el aumento de la demanda de productos de comercio electrónico. Ahora, con una demanda mundial más débil mientras las principales economías luchan contra la inflación, las empresas han estado cancelando viajes para alinear la capacidad. Las estimaciones de la empresa apuntan a una contracción del comercio mundial de hasta un 2,5% en 2023.
«En los últimos 12 meses no era difícil ganar dinero: si tenías algo que pudiera flotar y transportar tu contenedor, no era difícil», afirma Blicher. «Ahora, las capacidades importan». Con todo, los resultados del grupo danés en 2022 han sido reseñables. El principal grupo industrial de Dinamarca, presentó este miércoles un beneficio neto récord de 27.351 millones de euros en 2022, un 63 % más que el año anterior.
Las todavía altas tasas de flete y la subida de la demanda, sobre todo en la primera parte del año, impulsaron el resultado, según consta en el balance. «2022 fue un año excepcionalmente fuerte para Maersk. Los resultados financieros sin precedente fueron provocados por un rendimiento sólido en todos los segmentos en condiciones de mercado anormales en el primer semestre», ha señalado el consejero delegado de la compañía, Vincent Clerc.
En el cuarto trimestre, la ganancia neta cayó un 18% interanual hasta 4.646 millones de euros. La facturación ascendió a 16.623 millones de euros, lo que supone una caída del 4 % respecto al mismo período de 2021.