El organismo financiero internacional ve un creciente riesgo de fragmentación del comercio por las tensiones geopolíticas y advierte por una recuperación más débil que lo prevista de la economía china.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó una desaceleración del comercio mundial de productos, al pasar de un crecimiento de 3.3% en 2022 a 1.5% en 2023.

La tendencia a la baja es más pronunciada si se considera que el aumento del comercio mundial en 2021 fue de 11.1% interanual.

Pero este indicador se había debilitado desde 2019 (+0.2%) y colapsó en el año más calamitoso de la pandemia de Covid-19 (-5.0 por ciento).

El comercio internacional de mercancías tiene gran relevancia para naciones como Singapur, México, Países Bajos, Irlanda y Vietnam.

Entre sus escenarios alternativos, el FMI plantea que con el aumento de las tensiones geopolíticas, sube el riesgo de que se produzca alguna forma de fragmentación del comercio internacional (mayores barreras comerciales, sanciones, etc.).

Al tiempo que un menor comercio internacional reduciría la producción mundial y la inversión deseada, el efecto sobre la tasa natural variaría según las regiones, reflejando el acortamiento de las cadenas de valor mundiales.

El riesgo de fragmentación del comercio se ve agravado por el riesgo de fragmentación financiera, cuyo efecto sobre los tipos de interés reales dependerá de la posición exterior inicial de los países: los países deficitarios tendrán más dificultades para financiar sus cuentas corrientes, mientras que los países excedentarios repatriarán el exceso de ahorro, lo que hará bajar el tipo de interés natural.

Los efectos oscilan entre una disminución de 40 puntos básicos y un aumento de 20 puntos básicos, según la región. En cuanto a la fragmentación del comercio, se espera que los efectos sean menores.

No obstante, el FMI pronostica una recuperación de los flujos del comercio de mercancías para 2024, cuando aumentaría 3.2%, año contra año.

Dado que China absorbe una parte sustancial de las exportaciones de las economías, una recuperación más débil de lo previsto en China tendría importantes efectos transfronterizos, especialmente para los exportadores de materias primas y las economías dependientes del turismo.

Entre los riesgos para las perspectivas, el FMI incluye la actual debilidad del mercado inmobiliario chino, que podría suponer un lastre mayor de lo previsto para el crecimiento y, potencialmente, generar riesgos para la estabilidad financiera.

Por ejemplo, las importaciones netas de trigo de los mercados emergentes y las economías en desarrollo representan más de la mitad del consumo total de trigo, pero el almacenamiento interno en estas economías tiende a ser bajo, lo que las hace más vulnerables a las perturbaciones comerciales.

Las restricciones a las exportaciones de alimentos y fertilizantes -sobre todo las impuestas más recientemente- deberían levantarse para salvaguardar el suministro de alimentos y su distribución a nivel mundial.

Por el lado de la oferta, la incertidumbre sobre los efectos de las sanciones occidentales sobre las exportaciones rusas de petróleo crudo agitó las expectativas sobre los equilibrios del mercado mundial.

En marzo, las exportaciones rusas de crudo se habían mantenido estables desde la aplicación del tope de precios del Grupo de los Siete (G7) y la prohibición de importar crudo el 5 de diciembre.

Fuente: El economista 26/04/2023
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