Desde junio comenzó una trayectoria de moderación en la escalada de precios de alimentos y energéticos de economías avanzadas miembros de la OCDE que contrasta con la alcista que prevalece en México. El determinante es el mercado y la competencia, explicó el director de Investigación Económica en el ThinkLab veracruzano SAVER, Luis Pérez Lezama.

La inflación de energéticos de México se mantuvo en agosto como una de las tres más bajas de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), pero se duplicó respecto del mes previo.

Según las cuentas de la OCDE, durante agosto la inflación de energéticos de México registró una variación anual de 8.3%, que contrasta con el registro de julio, que fue de 4.8% anual.

Sin embargo, en el comparativo del grupo, la inflación mexicana de energéticos se ubicó entre los de variaciones más bajas, junto con las de Israel (7.7%) y Hungría (4.3%).

La fluctuación de los precios de energéticos de México se mantuvo lejos de la media que alcanzaron en el mes los países OCDE, que fue de 30.2 por ciento.

Y contrasta con la trayectoria a la baja que trae el conjunto de los países, que hilaron dos meses consecutivos en desaceleración desde el 40.7% que tenían en promedio en junio.

De acuerdo con el director de Investigación Económica en el ThinkLab veracruzano SAVER, Luis Pérez Lezama ha comenzado a notarse la debilidad de las estructuras de mercado en México.

Explicó que antes de mayo de este año, entre el 60% y 70% de la inflación de los energéticos estaba explicada por el precio internacional.

Pero desde Junio, al moderarse el precio internacional, explica entre el 55% o el 60%, del precio de los combustibles.

En México no ha sido tan evidente esta despresurización por el subsidio que ha aplicado el Gobierno. Adicionalmente, destaca que hay costos impositivos que persisten en México y que no han sido debidamente reportados, lo que también se traslada al precio final.

Al revisar el detalle de la información de la OCDE, se puede ver que Estados Unidos registró una variación anual de precios de energéticos del 23.8% anual, que completa un segundo mes a la baja desde el pico que tocó en junio, cuando registró una variación de 35.5 por ciento.

Falta de competencia en alimentos

En el desagregado mensual que muestra la OCDE, destaca México con una inflación de alimentos que alcanzó una variación anual de 14.2% en agosto.

Con esta fluctuación se ubica debajo del promedio OCDE, que fue 15 por ciento. Además, al compararlo contra si mismo se observa una tendencia alcista y progresiva en la variación anual de precios de alimentos de México desde el 12.6% anual de junio. Para julio alcanzaron una fluctuación a doce meses de 13.6 por ciento.

El experto de SAVER explicó que estamos empezando a ver el impacto adicional a los costos internacionales, por no tener un mercado competitivo de oferentes que sí hay en otros países miembros de la OCDE.

También estamos viendo el costo de la inseguridad jurídica, cuotas de inseguridad y limitada disponibilidad de infraestructura carretera en México que también generan costos que se suman a los precios internacionales.

No hay suficientes redes de distribución ni campo para sembrar, ni infraestructura carretera para transportar. No hay un mercado maduro y ese costo lo estamos pagando también en México y comienza a pesar en el comparativo con otros países, resaltó.

En el desagregado de la OCDE, se puede ver que los países con la inflación de alimentos más alta en agosto fueron Hungría, con una variación de 33.1% anual, así como Lituania, donde la variación anual de los precios de alimentos fue de 30.6 por ciento.

En contraste está el caso de economías avanzadas y con mayor competencia en la oferta, que tienen fluctuaciones menos pronunciadas, como Estados Unidos, que registró una variación de 13 por ciento.

El experto estimó que seguirá la tendencia alcista en México, por la ausencia de mecanismos de mercado que permitan compensar la presión.

Fuente: El economista 04/10/22