El IPC sigue subiendo por encima de los dos dígitos en España, niveles no vistos desde la década de los 80

El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha actualizado este martes la inflación que registró España en agosto, que fue del 10,5% interanual, tres décimas por debajo de la registrada en julio, pero todavía por encima de los dos dígitos, cotas no vistas en el país desde la década de los 80.

El dato definitivo de la subida del IPC de agosto, conocido este martes, es algo más negativo del que había adelantado el INE a cierre de mes, cuando apuntó a una inflación del 10,4% para el octavo mes del año. Esto supone que los precios en España en agosto fueron de media un 10,5% más caros de los que se registraron en agosto de 2021.

La subyacente, que se utiliza para medir el contagio de la subida de costes al resto de productos de la cesta de compra y no computa el precio de los productos energéticos ni de los alimentos frescos, subió un 6,4% interanual en agosto, el mayor incremento desde el año 1993.

Los datos en términos mensuales, que permiten ver cuánto subieron los precios en el país en agosto frente a julio -en cuestión de sólo treinta días- reflejan que el IPC general repuntó un 0,3%, dos décimas más de lo que había previsto el INE a cierre de mes. El indicador subyacente avanzó un 0,4% en agosto frente a julio.

La electricidad y los alimentos fueron los tipos de bienes que registraron las mayores subidas de precios. El índice de vivienda -en el que se computa el precio del suministro de agua, electricidad, gas y otros combustibles- se incrementó un 24,8% interanual en agosto; mientras que el de alimentos y bebidas no alcohólicas subió un 13,8%. El transporte, en tercer puesto, se encareció un 11,5%.

De los 200 productos cuyo precio rastrean los funcionarios del INE tienda a tienda, mes a mes, los combustibles líquidos son los que presentaron el mayor ascenso en agosto, del 79,1%; seguidos por algunos aceites comestibles, que se encarecieron un 71,2%; y la electricidad, que subió un 60,6%.

La subida de la factura de la luz y los alimentos impacta de lleno en el poder adquisitivo de todos los hogares, al ser bienes de primera necesidad que no pueden ser sustituidos y cuya demanda no cambia en exceso por su precio. De hecho, la proporción de consumo de estos bienes es muy superior en las familias en los deciles más bajos de renta, de ahí que sean estos precisamente los que más sufren el impacto de la inflación.

Tras la electricidad, en la lista de productos que más se encarecieron en agosto figuran distintos alimentos como la harina (un 39% más cara ahora que en agosto de 2021), la mantequilla (+31,8%), la pasta y el cuscús (+30,3%), las salsas y condimentos (+26,5%), leche desnatada (+26,3%) y entera (+26%), los huevos (+22,4%), la carne de pollo (+17,6%) o los yogures (+17,3%).

¿SEGUIRÁN SUBIENDO LOS PRECIOS?

De cara a los próximos meses el Gobierno se muestra optimista y confía en que la inflación vaya desacelerándose progresivamente y que haya alcanzado ya su pico. Las medidas aprobadas hasta la fecha y la contención en la tasa mensual apoyan su teoría.

Sin embargo, el Banco de España advertía este mismo lunes en su primera valoración de la economía tras el verano de que España vivirá un periodo de inflación alta más largo del previsto, a lo que se suman otros retos como una ralentización económica y la recuperación de los niveles de empleo y actividad previos a la pandemia.

Pese a que el IPC está disparado, en el Ministerio de Economía insisten en que la inflación que hay en España es importada del exterior, por los precios de la energía y de otros componentes que nuestros productores compran en el extranjero, de ahí que se fijen en otro indicador, el deflactor de PIB, que mide la evolución de los precios domésticos y que en el segundo trimestre subió un 3%.

Fuente: El mundo 13/09/22