Especialistas detectaron una gran oportunidad en sectores industriales con valor agregado que demandarán cada vez más este producto del agro. Un plan a 10 años
Aunque el corto plazo está opacado por los efectos de la sequía, los especialistas detectaron una gran oportunidad en sectores industriales que tienen como insumo principal el maíz y pueden duplicar las exportaciones en la próxima década.
Se trata de una amplia variedad de actividades como las vinculados al agro: carne vacuna, porcina y aves, huevos, leche, alimentos balanceados, molienda húmeda y seca, etanol y alcohol etílico.
Sin embargo, un rubro que abre «excelentes perspectivas» con el uso de maíz es el de la producción de bioplásticos, destaca un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
En el 2022 se consumieron internamente en Argentina cerca de 19,4 millones de toneladas (Mt) de maíz según la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (SAGPYA), asimismo, se generaron exportaciones por US$ 5.838 millones.
En base a estos datos y considerando las proyecciones de producción, consumo y exportaciones a 10 años, según la entidad rosarina, el consumo interno de maíz podría situarse en 33,3 Mt en 2033, casi 14 Mt más que en la actualidad.
En tanto que, las exportaciones de los productos que utilizan maíz como insumo podría elevarse por lo menos hasta los u$s 13.700 millones.
Cereal en potencia
En el caso de los plásticos biodegradables, el consumo de maíz actual es nulo, pero, para el 2033 se propone que del total de plástico consumido en el país (1.800.000 t proyectadas para ese año), el 30% sea reemplazado por bioplástico de origen maíz (540.000 t).
Dado que el rendimiento del maíz para la producción de bioplásticos es de 2,5 a 1, particularmente para producir Polyactic Acid (PLA), un polímero biodegradable que se ha utilizado como sustituto de los convencionales, como el Polypropileno (PP), Polietileno (PE) y Poliestileno (PS), así como también el tereftalato de polietileno (PET).
Bajo estas proyecciones, el consumo de maíz para abastecer estas necesidades sumaría otro 1,4 Mt.
Entre las ventajas del PLA, el informe de la BCR apunta a su origen renovable, ya que se produce a partir de recursos naturales como el maíz, la caña de azúcar y otros cultivos.
En comparación con los polímeros convencionales, «el PLA es más fácilmente biodegradable y tiene un menor impacto ambiental».
Además, según explican, el PLA es un material versátil que se puede utilizar para una amplia gama de aplicaciones.
Por ejemplo, se ha utilizado en la fabricación de envases para alimentos, bolsas de compras y piezas de automóviles.
Debido a sus propiedades físicas y mecánicas, el PLA es comparable al PP, PE, PS y PET en términos de resistencia y rigidez, todas cualidades que potencian su utilización por el impacto positivo en el medio ambiente a partir de reducir la cantidad de residuos plásticos.
Según datos de la Cámara Argentina de la Industria Plástica (CAIP) para el año 2021, el consumo aparente del PP, PE, PS y PET en Argentina totalizó 1.317.300 toneladas, mientras que las exportaciones de estos polímeros sumaron 328.600 toneladas.
Es decir, el consumo más la exportación de estos cuatro polímeros sumó 1.645.900 toneladas. «Suponiendo que para el año 2033 el consumo y la exportación de estos polímeros crece a la tasa de crecimiento vegetativo de la población argentina, la demanda total de estos podría alcanzar 1.800.000 toneladas dentro de 10 años», refleja el documento.
En ese sentido, explica que el rendimiento en la producción de PLA a base de maíz es de 1 kg de PLA por cada 2,5 kg de maíz, por eso, si se propone reemplazar el 30% de las 1.800.000 toneladas demandadas proyectadas para dentro de 10 años, la demanda de maíz para la producción de PLA totalizaría un estimado de 1.350.000 toneladas anuales.