El año entrante, para la economía mexicana, será un año más difícil que el actual; las razones son varias, pero las más importantes son las siguientes:
1.- La economía en Estados Unidos (EU) regresará a crecimientos más razonables, una vez que ya hayan terminado los estímulos fiscales y monetarios que se implementaron desde el principio de la pandemia. La expectativa es que de crecer este año en un estimado de 7%, que el año entrante se reduzca al 4.3% y para el 2023 al 3%; para México esto será una mala noticia ya que si este año alcanzamos crecer en un estimado 6.2%, para el 2022 apenas y alcanzaremos 3%, según la mayoría de los analistas, de tal forma que el estimado del gobierno de crecer el año entrante al 4.15 –sin ser un imposible– sí se ve muy difícil de alcanzar. Por supuesto, la expectativa para el 2023 se reduce aún más, hasta 2.5%.
2.- Es muy probable que en la segunda parte del año entrante el ambiente financiero empiece a asimilar que las tasas de interés deberán entrar en un ciclo de alza, y cuando esto suceda, posiblemente para finales de 2023 la economía mexicana tendrá que enfrentar alzas en la tasa de interés doméstica, presiones tanto en el sector financiero como en el tipo de cambio que pondrán a prueba la estabilidad de las finanzas públicas.
3.- La inversión extranjera financiera puede seguir reduciéndose, y la Inversión Extranjera Directa tenderá a disminuir; lo anterior podría atenuarse si el gobierno diera un golpe de timón hacia políticas públicas proclives para dar confianza a inversionistas nacionales y extranjeros, lo cual parece muy poco probable. Estos tres elementos de riesgo no son menores, ya que pondrán a prueba –como dije– la estabilidad financiera alcanzada en los últimos tres años.
Otros temas que preocupan mucho no son de carácter económico, pero sí podrán tener fuertes repercusiones si no se empiezan a componer, el primero es la inseguridad. Este fenómeno que estamos viviendo ya alcanzó proporciones escandalosas, y lo peor es que no se ve voluntad política para resolverlo; parece ser que no existe una estrategia, y si la hay pues simplemente no está dando resultados. La inseguridad que se vive en México es causal de desconfianza y esto es el peor enemigo de la inversión. En segundo lugar, el tema de la pandemia también podrá ser un obstáculo si se mantienen los cuellos de botella generados por la incapacidad de Hugo López-Gatell para hacer mejor las cosas; es una gran incógnita, para la mayoría de los mexicanos, que este individuo siga al frente de tan grave reto que se tiene enfrente. Así las cosas, el 2022 no será un año fácil para México, ojalá y así lo vea el gobierno en lugar de decir que todo va muy bien; nada más fuera de la realidad.
Fuente: Milenio 13/09/21
https://www.milenio.com/opinion/manuel-somoza/opinion/que-esperar-de-la-economia-mexicana-en-2022